Cuentos

El sueño

 

Hace unas noches tuve un sueño interesante.  Soñaba que estaba en una zapatería en México comprado zapatos de vestir.  La señora, y digo señora porque portaba unos 55 años de edad, me preguntó  que si en los Estados Unidos no vendían ese tipo de zapato.  Le conteste que si pero que los necesitaba en ese momento.  La señora pasó a decirme que ella en un tiempo vivió en Estados Unidos y que un día en una zapatería cuando pagaba le robaron su identidad.

El sueño pasa ahora cuando nos encontramos los dos, la señora y yo, entrando a un restaurante medio lujoso.  El mesero nos da la bienvenida pero se me hace un poco raro.  Nos dirige a nuestra mesa y se retira.  Lo interesante es que debes en cuando lo veo en la distancia y se me queda viendo.

Los minutos pasan y la señora me empieza a tocar por aquí y por allá.  Eso no me justa nada y me hace sentir muy incómodo, solo pienso en retirarme.  Después pasa a abrazarme y me retiro un poco de ella con las ganas de irme a mi casa.  Recuerdo, no sé porque, que yo la invite a cenar.  Me pregunto que qué estoy haciendo allí, decido retirarme y llamar un taxi para que venga por ella.  Mientras mi mente está ocupada en esos pensares, la señora se me acerca al oído y me dice muchas cosas que solo suenan como el zumbido de muchas abejas.  Levanto la vista así la mesa y me quedo sorprendido que está llena de muchas comidas muy exquisita.  En esos instantes no sé qué decir o pensar, solo sé que llego a la conclusión de quedarme a cenar ya que la comida estaba servida. 

Antes de tocar la comida una joven se acerca a nosotros, volteo a verla.  Ella se ve muy contenta y alegre, lleva una sonrisa muy grande y solo se me queda viendo.  De repente sube la mirada para ver a la señora, sonríe al verla, y después me vuelve la mirada otra vez.  En eso me volteo asía la mesa y ahora veo a más personas, incluyendo al mesero, al otro lado de la mesa y todos está sonriendo.  Me inquieto un poco, pues la situación está un poco rara.  Volteo de nuevo para ver a la joven, ella sigue mirándome con una sonrisa muy grande.  Me siento frustrado y ahora le pregunto que qué está pasando.  No me contesta nada, solo sigue sonriendo y viéndome.  Volteo de nuevo asía las demás personas y exclamo, que si no se me informa que pasa, no comeré y me retirare.  Volteo a ver la joven, y acomodarme para levantarme, cuando me ve se sonríen aún más y en una voz baja me dice, “¡No imparta si comes o no!”  Voltea a ver a la señora y le pregunta, “¿No le dijiste nada?”

En eso suena mi alarma y despierto.  Solo me quede pensando que sueno tan raro, ¿no?